Agarro mis cosas al vuelo -como siempre- y salgo casi tarde, a tu encuentro. Blackberry en mano con la música a todo volumen para no pensar tanto. Pero ya no pienso. Ahora siento. Me subo a ese micro enorme, suspiro y empieza el viaje...
Si tengo suerte me siento, sino te pienso parada aferrada a un poste. Te extraño y me pregunto: ¿La Panamericana es una paradoja de nuestras vidas? Dos mundos diferentes unidos solo por una cosa, una pequeña cosa en común. Pero que nos atravieza lo más profundo de nuestro ser.
Un hilo conductor de un mundo para otro, de un corazón al otro. Ese hilo "panamericano" es el cariño que nos tenemos. Une nuestros caminos como lo hace la carretera.
Quiero agarrar mis cosas apresuradamente mil veces más, salir casi corriendo, tomar aquel bus enorme y verte al otro extremo del camino, suspirar por ti cuando -si tengo suerte- consiga un asiento; tener en la blackberry no 3 sino cientos de canciones que me hagan pensar en ti, en los dos.
Mirar la lineas de la pista bailar, el paisaje cambiar, de sobrio y monócromo que es monterrico a ocupado y colorido de Los Olivos.Y con ello, ver cambiar mi corazón de gris y aburrido a rojo y vivo cuando estoy contigo.
Gracias por enseñarme todo esto que vivo contigo, gracias por dejarme entrar en tu mundo, gracias por darme la oportunidad de hacerte feliz.
[Bajo del bus celeste, apago la blackberry, alerta a tu nextel, Amor dónde estas? y corro a tus brazos...]
